martes, 9 de noviembre de 2010

Las letras y palabras mas bonitas desde aqui no las puedes ver, tienes que dejar llevarte y subir
hasta donde las estrellas nacen y los sueños se dejan ver, alli estan las palabras mas bonitas y
las que nadie puede alcanzar sin un poco de esfuerzo porque son las que mas cuestan reemplazar.
Hoy decidí ser feliz,
sin recordar, las tristezas del ayer.
Hoy decidí ser feliz,
olvidando aquellas cosas, que no pudieron ser.
Hoy decidí ser feliz,
hay cosas por delante, que faltan por conocer.
Hoy decidí ser feliz,
disfrutando de un nuevo amanecer.
Hoy, decidí ser feliz.
Las penas son como las olas del mar… vienen, suben y bajan,
pero siempre están ahí y tal vez un día nos demos cuenta y
desaparezcan sin dejar huella.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Hay días que somos tan frágiles como el silencio de la noche,
hay días que la soledad nos enloquece con su ausencia,
hay días que nos levantamos con el vacío de no poder soñar,
hay días que el sol nace lamentando el frío el de su interior,
hay que nos ahogamos con nuestro llanto…

Hay días que no encontramos un motivo para sonreír,
hay días que la luna se escapa de la media noche,
hay días que despertamos con el beso de un ángel,
hay días que cerramos los ojos a esperar que termine el día.
Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero tierno, liberal, esquivo, alentado,
mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien,
centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso; huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor suave
, olvidar el provecho, amar el daño, creer que un cielo en un infierno cabe; dar la vida y el alma
a un desengaño, esto es amor...

domingo, 7 de noviembre de 2010

Decí esas dos palabras que estás pensando, y yo me quedo...

viernes, 5 de noviembre de 2010

Mirame, date vuelta y mírame, date vuelta y volve por favor. Cuando queres que alguien te mire no importa ninguna otra mirada, vos queres esa mirada y ninguna más.
Pedimos a gritos desesperadamente que abran sus ojos y nos miren, que nos vean, que vean nuestro dolor y nos comprendan.Hacemos enormes esfuerzos para no necesitar de nadie, para no necesitar de una mirada para existir. Pero somos esclavos de esa mirada, la necesitamos, como al aire. Hacemos cualquier cosa por atraer esa mirada, intentamos ponernos en el campo visual del otro, quisiéramos tener un reflector que nos ilumine, quisiéramos brillar para ser mirados.
Lo curioso es que los ojos que más nos obsesionan son los que no nos pueden mirar. Pero la mejor mirada no es la que se nos niega, sino esa mirada que no vemos, la que ignoramos distraídamente.
Esa mirada inesperada, fuera de todo calculo, esa mirada que nos ve cuando no nos sentimos mirados y por lo tanto nos mostramos mejor. Una mirada capaz de atravesar la máscara y ver lo que hay detrás.
Es imposible que nos mire a una mirada vacía, vaciada. Pero lo queramos o no somos esclavos de esa mirada porque todos somos luces apagadas que solo se encienden cuando alguien nos mira.